viernes, 14 de enero de 2011

Historia de la empresa J.A. AZPIAZU

Azpeitia, donde se encuentra localizada la basílica de San Ignacio de Loyola, es una de las localidades con más larga tradición de construcción de órganos en España.

En 1820 Juan Amezua, padre y Diego Amezua, hijo,  construían órganos para la catedral de Valencia. Aquilino Amezua  (1847 – 1912)  el hijo más joven de Juan Amezua, sigue con la empresa de su padre. Al fallecer Aquilino se fundó la empresa Eleizgaray y Cia,  dedicada a la construcción de órganos, en la que se incorporó todo el personal de la fábrica de Aquilino Amezua. Entre los años 1915 y 1923 se fabricaron 44 órganos. En 1940 surge de nuevo la necesidad de construir nuevos órganos, esta vez es director de empresa Ramón González de Amezua (actual Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid).
La Organeria Española, sita frente a la plaza de toros de Azpeitia, era una continuación de Eleizgaray y Cia, cesando su actividad  en los años 1974 – 1975.

Todo hace pensar que las tecnologías específicas de los maestros organeros adaptadas a cada época se han ido transmitiendo de generación en generación hasta llegar a nuestros días,  sintiéndonos orgullosos herederos de esa tradición.

José Antonio Azpiazu Gómez comenzó a trabajar en la Organeria Española (O.E.S.A.) a los 17 años, especializándose en la rama de harmonización y afinación, armonizando órganos tales como: Teatro Real de Madrid, Valle de los Caídos, Palacio de la Música Barcelona, Parroquia San Pío X de Lourdes, Santa Eugenia de Biarritz.... Al cerrarse la Empresa Organería Española, funda su propia empresa junto con su hijo José Antonio Azpiazu Mateos. En la actualidad José Antonio Azpiazu Gomez o padre, se encuentra jubilado, y prosiguen con la empresa organera sus hijos José Antonio Azpiazu y Aritz Azpiazu, este último incorporado a la empresa desde el 2006.

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